Sin duda, la corrupción es uno de los mayores problemas que hoy afecta a la humanidad. La Palabra de Dios, a lo largo de sus páginas, se expresa con fuerza y claridad en contra de la corrupción. Basado en la segunda carta pastoral que el apóstol Pedro escribió a las comunidades cristianas, Jorge Atiencia comparte su preocupación de cómo mantener la fe en tiempos de corrupción. “Hoy muchas personas, aún cristianas, menciona Atiencia, reaccionan ante la corrupción con escepticismo: “Nada puede hacerse”. Otras se dejan llevar por la corriente y se suman a la corrupción. Unos más la relativizan: “Depende…”, dicen. Por eso nos urge considerar la alternativa trazada por la Biblia, no sólo con el ánimo de sobrevivir sino también de ofrecer “un camino mejor”.